MANTILLAS Y TORTA DE CALABAZA... MMM

La semana pasada las chicas árabes se interesaron por la Semana Santa, hicieron preguntas sobre su significado, sobre las procesiones, tradiciones... les llamó especialmente la atención esas mujeres de negro con peina que alumbran tras un paso.



Carmen, nuestra modelo.



Entre todas les aclaramos las dudas, pero para que lo entendieran mejor, esta semana María se ha traído varios trajes, con sus respectivas Mantillas, peinetas y juegos de pendientes y collares.

  

Vestimos por completo a una voluntaria, para que lo vieran y lo tocaran por ellas mismas, quedaron fascinadas con el tejido de las mantillas, ya que es típico en marruecos.

Esta semana, por petición popular la receta es la de las Tortas de Calabaza de María Ros.

La receta de María ha ido pasando de madres a hijas desde que ella sepa la abuela de su abuela.

Es un dulce que suele hacerse para semana santa, la abuela de María lo hacia también en Navidad y para San José.

Otra costumbre que María no ha perdido con los años es la de bendecir la Masa mientras la esta haciendo, dice que así salen mas buenas.

TORTA DE CALABAZA

INGREDIENTES

    Calabazas                           Anís

1 Boniato Rojo                     Piñones

    Azúcar                         Levadura de Pan

Aceite de Oliva                  3 kilos de Harina        

ELABORACIÓN                 

Pelamos la calabaza y el boniato.

Los cortamos en trozos y los ponemos en una cazuela con agua a hervir.

(La medida de la calabaza son unos 3 tazones completos.)

Cuando veamos que ya están hervidas, lo escurrimos, reservando el agua del hervido.

Una vez escurrido le pasamos la batidora.

Una vez batida la calabaza y el boniato echamos la mezcla en un balde.

En ese mismo balde echamos un buen puñado de Anís. (La mano llena)

También añadimos un buen puñado de piñones.          Echamos  1 Kg. de azúcar.

Añadimos un tazón (el mismo de la calabaza) hasta arriba de Aceite de oliva.                                                                               El agua que habíamos reservado del hervido la calentamos un poco, para de echarle la levadura de pan y que se disuelva bien.                                                                                                 La cantidad de levadura que hay que echarle en algo menos de la mitad de una pastilla.

Echamos el agua del hervido con la levadura en el balde con toda la mezcla.

Removemos bien, hasta que nos queda una mezcla uniforme.

Cuando tenemos la mezcla uniforme empezamos a añadir poco a poco la harina.

Vamos añadiendo hasta llegar casi a los 3 kilos de harina.

Vamos amasando hasta que nos quede una masa uniforme.

Una vez que tengamos la mezcla uniforme, tapamos el balde y lo dejamos reposar durante unos 30 minutos, para que fermente la levadura.

Una vez pasado lo 30 minutos nos sorprenderemos al ver lo mucho que ha crecido la masa. Al destaparla y tocarla se desinflará un poco, eso es normal.

Preparamos la bandeja del horno con papel vegeta.

Preparamos un tazón con aceite de oliva para untarnos las manos mientras les damos forma a las tortas.

Nos untamos las manos con aceite de oliva y cogemos un pegote de masa y lo amasamos un poquito y lo dejamos escurrir en nuestra mano con gracia sobre la bandeja.

Dejamos reposar la masa de las tortas unos minutos para  antes de meterlas en el horno.

Realizamos unos cortes en la parte superior de la masa, con unas tijeras.

Precalentamos el horno, a unos 240º.

Metemos la bandeja con las tortas y esperamos a que suban y se pongan doradas (7 minutos aprox.).

Sacamos las tortas y antes de servirlas hay que bañarlas en miel.

Ponemos en un cazo miel a calentar, rebajamos la miel con un poco de agua.

Cuando la mezcla está caliente sumergimos la torta para que quede bien mojadita en miel.

Por ultimo espolvoreamos un poco de azúcar por encima y ya tenemos las tortas preparadas para servir.